Aún recuerdo el primer día que salí a correr. Las zapatillas, por supuesto, a estrenar, que eso siempre anima. Si me hubiera comprado un bañador, ese día me hubiera ido a nadar, pero no fue el caso.
Veinte minutos, me dije a mí misma, que para empezar está bien. La realidad, bien distinta, fue que a los diez ya estaba de vuelta en la puerta de casa, sin apenas aliento, intuyo que roja como la barra de labios que nunca me atrevo a llevar y mirando de izquierda a derecha, cruzando los dedos para que nadie hubiera sido testigo de mi infructífera experiencia.
No desistir
Bien, esos fueron los comienzos y no voy a negar que me desanimaron un poco, pero seguí intentándolo hasta adquirir un hábito, salir dos días por semana y correr 5 kilómetros en unos 35 minutos. Para las que no tenemos mucho tiempo, la mayoría, creo que es todo un éxito.
Sin embargo, la vida da muchas vueltas y si adquirir un hábito requiere de mucho esfuerzo, perderlo es de lo más sencillo. Me consta que son muchas las razones y entre ellas, para nosotras, destaca la de ser madre, pero también pueden estar ligadas a cambios laborales y nuevos horarios e incluso otras como la simple llegada del frío con el invierno o del achicharrante calor con el verano. Lo cierto es que una vez abandonamos, cuesta recuperar ese hábito que tanto nos había costado adquirir. La buena noticia es que, al menos en mi experiencia, la segunda vez es más fácil.
Prepararse
Como periodista especializada en salud, he escrito varios artículos sobre cómo prepararse para empezar a correr. En primer lugar, hay que tener en cuenta que si bien el running es un deporte que puede practicarse a cualquier edad, no está exento de ciertos riesgos y, sobre todo en algunos casos, conviene consultar con un médico porque quizás correr no sea lo más indicado (determinadas lesiones que afecten a columna vertebral, rodillas, cadera e incluso pies y problemas cardiorrespiratorios severos).
De hecho, se aconseja que cualquier persona que quiera empezar a correr acuda a un centro especializado para hacerse un reconocimiento médico. Muchos de estos centros no sólo nos dirán si estamos preparados o no, sino que también nos darán algunas pautas sobre cómo podemos empezar a entrenar.
A correr
Parece bastante lógico que para una persona que nunca ha corrido, lanzarse a hacer media maratón el primer día no tiene mucho sentido. Por ello, hay que empezar poco a poco, marcándose metas reales que no nos hagan desistir antes de calzarnos las zapatillas, en las que, aún no lo he dicho, merece la pena hacer una pequeña inversión. No importa si vamos despacio y nos adelanta todo el mundo, los demás nos dan igual, corremos para nosotros mismos. Lo que no puede ser es que vayamos sin aliento y con el corazón desbocado.
Y tan importante como correr es calentar, antes y después. Este hábito nos ayudará a evitar lesiones y agujetas. Se trata de movilizar suavemente y durante unos minutos nuestros tobillos, rodillas, espalda y cadera.
Los 10 kilómetros
Son muchas las carreras populares cuya distancia es 10 kilómetros. A muchos puede parecerles poco, pero a muchos más les da vértigo sólo pensarlo. Aunque todo dependerá de nuestra edad y forma física, expertos como el doctor Ángel Hernández Yáñez, jefe de la Unidad de Medicina Deportiva del Hospital Universitario HM Torrelodones, aconsejan empezar a prepararse con tiempo y durante los dos o tres meses previos a la prueba correr un par de veces por semana entre 40 y 60 minutos.
La noche antes de la carrera
Desde Clínica Menorca, la nutricionista María José Crispín recomienda que la noche antes de una carrera la cena sea ligera, a base de proteínas (mejor carne que pescado y, si es carne, optar por la de ave) y verduras (mejor cocinadas que en ensalada).
Más allá de la cena, conviene descansar y dormir lo suficiente.
El desayuno
¿Y el día de la carrera? ¿Qué debemos desayunar y con cuanta antelación? Al igual que la cena, el desayuno debe ser ligero, aunque rico en hidratos de carbono. Por ejemplo: zumo de naranja natural, tu bebida preferida por las mañanas (té, café…) y tostadas con jamón de york. Si te quedas con hambre, puedes tomar también un yogur con muesli.
Además, se aconseja realizarlo dos o tres horas antes. De esta forma, evitaremos problemas de ardor, flato o, simplemente, pesadez.
También es importante hidratarse. La hidratación ha de ser continua, aunque sin excederse y es preferible optar por bebidas sin gas y a temperatura ambiente. Vamos, que a nadie se le ocurra beberse dos Coca Colas justo antes pensando que así va a mejorar su rendimiento.
¿Y después?
Lo hemos conseguido, hemos terminado la carrera, pero no está todo hecho. Ahora, además de los estiramientos, toca reponerse. La doctora Crispín recomienda que durante la siguiente media hora tomemos líquidos, hidratos de carbono y proteínas:
–Líquidos: agua, zumos o bebidas isotónicas.
–Hidratos de carbono: frutas y algún tipo de cereal.
–Proteínas: yogur, jamón, queso, huevo…
Además, los expertos en Medicina Deportiva recomiendan una ducha de agua fría en las piernas para recuperarnos tanto después de una carrera como simplemente de un entrenamiento.
Carrera de la Mujer, una oportunidad
El próximo 10 de mayo, tendrá lugar la Carrera de la Mujer en Madrid, todo un acontecimiento al que se suman sobre todo mujeres, pero también hombres. La distancia es de 7,2 kilómetros y en este caso lo importante es salir a la calle y disfrutar del ambiente por el centro de la ciudad. Corriendo o andando, lo importante es participar.
Con el objetivo de ayudar a preparar esta carrera, el Club de Atletismo Clínica Menorca invita a todas aquellas que lo deseen a las sesiones de entrenamiento que se celebrarán en el Retiro y en las que estarán asesoradas por profesionales en Medicina Deportiva. Además de ser gratuitas, sortearán regalos entre las participantes.
25 marzo, 2015 en 12:27 pm
Que buen artículo, anima a ser una runner con los consejos adecuados! Gracias!
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